Dallas, Texas - Los niños expuestos al cigarro que fuman sus padres pueden correr mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiacas en la adultez en comparación a los hijos de padres que no fuman, de acuerdo a una investigación del diario Circulation de la American Heart Association.
Los resultados del estudio añaden a la creciente evidencia de que el ser expuesto al cigarro que fuman suspadres tiene un efecto en la salud cardiovascular de los hijos en su adultez.
Los investigadores siguieron de cerca a los participantes del Estudio Cardiovascular Risk in Young Finns Study, el cual incluía la exposición de los niños al cigarro de sus padres en 1980 y 1983; recogieron información de ultrasonidos carotídeos en la adultez en 2001 y 2007.
En 2014, los investigadores midieron los niveles de cotinina en la sangre en la infancia de los participantes en las muestras recogidas y congeladas en 1980. La cotinina es un biomarcador de exposición pasiva al cigarro.
El porcentaje de niños con niveles de cotinina no detectable fue mayor en niños de hogares donde ningún padre era fumador (84 por ciento), el número bajó en hogares donde uno de los padres fumaba (62 por ciento) y disminuyó aún más en hogares donde ambos padres fumaban (43 por ciento).
Sin importar los otros factores, el riesgo de desarrollar placa en arterias carótidas en la adultez fue casi el doble de veces mayor (1.7) en niños expuestos a uno o dos padres fumadores en comparación con los niños de padres que no fumaban. Además, el riesgo fue elevado cuando los padres parecían limitar la exposición de sus hijos:
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Casi dos veces mayor(1.6) en niños de padres fumadores que parecían limitar la exposición de sus hijos.
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Cuatro veces mayor en niños de padres fumadores que no parecían limitar la exposición de sus hijos.
“A pesar de que no podemos confirmar que los niños con cotinina detectable en la sangre en este estudio son resultado de la exposición pasiva al cigarro de sus padres, sabemos que la fuente principal de la exposición pasiva está en casa”, dijo Costan Magnussen, Ph.D., autor en jefe del estudio e investigador senior en el Instituto de Investigación Menzies, Universidad de Tasmania en Australia.
Los investigadores resaltaron que los padres no deben fumar para poder darles a sus hijos la mejor salud cardiovascular a largo plazo. Sin embargo, “los padres que están intentando dejar de fumar pueden reducir parte del riesgo potencial a largo plazo al reducir activamente la exposición pasiva de sus hijos al cigarro (por ejemplo, no fumar dentro de la casa, del auto, o fumar lejos de sus hijos)”, dijo Magnussen, quien también es profesor adjunto de epidemiología cardiovascular en la Universidad de Turku en Finlandia. “No fumar en absoluto es por mucho la opción más segura”.
Los coautores del estudio son Henry West, B.M.; Markus Juonala, M.D., Ph.D.; Seana Gall, Ph.D.; Mika Kahonen, M.D., Ph.D.; Tomi Laitinen, M.D., Ph.D.; Leena Taittonen, M.D., Ph.D.; Jorma Viikari, M.D., Ph.D.; and Olli Raitakari, M.D., Ph.D. La declaración de privacidad de los autores se encuentra en el manuscrito.